La importancia de detectar a tiempo las Enfermedades de Transmisión Sexual

Las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) suponen un grupo de patologías que pueden acarrear consecuencias nefastas, sobre todo si no se diagnostican con antelación. Algunas de ellas incluso, hasta que no se encuentran en un estado muy avanzado, se presentan sin síntomas; ahí es cuando surgen las complicaciones, en ocasiones, irreversibles. La detección de las ETS antes de su desarrollo, su tratamiento y la prevención, suponen pilares fundamentales en toda política de Salud Pública de las sociedades avanzadas.
Existen más de 20 tipos de ETS, pudiendo ser causadas por bacterias, hongos, virus o parásitos siendo las más conocidas las clamidias, gonorrea, VIH, virus del papiloma humano, herpes genital, tricomoniasis y sífilis, entre otras. Algunas de ellas, si no son detectadas a tiempo y tratadas pueden causar graves trastornos e incluso la muerte, como el VIH, causante del SIDA. 

Ilustración del virus del VIH, que ya afecta a más de 38 millones de personas en todo el mundo. / Adobe Stock


La mayoría de las ETS afectan tanto a hombres como a mujeres, pero en muchos casos los problemas de salud que provocan pueden ser más graves en las mujeres. Si una mujer embarazada padece de ETS, puede causarle graves problemas de salud al bebé. Los antibióticos pueden tratar las ETS causadas por bacterias, hongos o parásitos. No hay cura para ETS causada por un virus, pero los medicamentos pueden ayudar con los síntomas y mantener la enfermedad bajo control. El uso correcto de preservativos de látex reduce enormemente, aunque no elimina, el riesgo de adquirir y contagiarse con ETS.
Algunas de estas enfermedades se presentan con erupciones o lesiones cutáneas, dolor en los genitales, ardor, fiebre o malestar general, entre otros síntomas. Sin embargo, algunas enfermedades pueden pasar semanas, meses e incluso años sin que generen sintomatología. De hecho, en ocasiones estos síntomas no aparecen nunca, aunque el portador de la enfermedad puede seguir contagiándola. Por este motivo, su detección es un factor clave no solo para iniciar cuanto antes el tratamiento, sino para evitar que la enfermedad se propague y extienda. En la actualidad los análisis de sangre, de muestras ginecológicas y orina son suficientes para detectar las ETS, aunque no se sufran síntomas. 
En la actualidad existen en el mercado diversas pruebas de fácil acceso tanto en precio como en procedimiento, destacando que la mayoría de ellas se pueden realizar con una simple muestra de sangre. (consulte nuestro catalogo de estudios) 

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