Análisis hormonal en la mujer: ¿cuáles son los niveles normales?
El examen hormonal en sangre se realiza para estudiar el nivel de las hormonas femeninas encargadas de regular el ciclo ovárico de la mujer. De esta forma se puede determinar así el potencial de fertilidad en la mujer.
Las principales hormonas que se analizan en la mujer son las siguientes: FSH, LH, estradiol, progesterona, antimülleriana, prolactina y TSH.
Junto con la ecografía transvaginal, la analítica de las hormonas basales permite definir el estado de la reserva ovárica de la mujer. Esto es de gran ayuda para determinar la cantidad total de ovocitos que tiene en sus ovarios y si ocurre la ovulación.
A continuación tienes un índice con los 8 puntos que vamos a tratar en este artículo.
1.¿Qué son las hormonas femeninas?
El ciclo menstrual de la mujer está regulado por el eje hipotálamo-hipófisis-ovario.
El hipotálamo y la hipófisis son dos estructuras que se encuentran en el cerebro y que, entre sus múltiples funciones, se encargan de regular muchas de las hormonas que circulan por la sangre.
Por su parte, los ovarios son los encargados de liberar hormonas sexuales que ejercen su función sobre el útero, además de ser las responsables de la aparición de los caracteres sexuales secundarios en la mujer.
Control hormonal del ciclo menstrual
Por tanto, cualquier anomalía o irregularidad que afecte a la liberación de hormonas por parte de este eje puede llevar a alteraciones en el ciclo menstrual que, a su vez, causen problemas de fertilidad.
Esta es la razón por la que el análisis hormonal en sangre es una prueba clave en el estudio de la fertilidad femenina.
Existen dos partes claramente diferenciadas en esta regulación del ciclo menstrual: el control hipotálamo-hipofisiario y el control ovárico. A continuación, vamos a hablar de las hormonas involucradas en cada uno de ellos:
1.1 Hormonas hipofisiarias
Las hormonas hipofisiarias principales, también llamadas gonadotropinas, son la hormona folículo estimulante (FSH) y la hormona luteinizante (LH). Estas hormonas actúan sobre el ovario y estimulan la liberación de las hormonas sexuales estrógenos y progesterona.
A su vez, los estrógenos y la progesterona también ejercen su función sobre la hipófisis, de manera que bloquean a las hormonas hipofisiarias de nuevo, cerrando así el ciclo. Esto es lo que se conoce como regulación feedback o de retroalimentación.
La TSH y la prolactina también son hormonas liberadas por la hipófisis o glándula pituitaria con influencia en el ciclo ovárico.
A continuación, vamos a detallar la función de cada una de estas hormonas:
FSH
es una gonadotropina que actúa sobre el ovario, favoreciendo el desarrollo y la maduración de los folículos ováricos. En el interior de los folículos ováricos es donde crecen y maduran los óvulos.
LH
se trata de una gonadotropina encargada de desencadenar la maduración folicular y la ovulación (salida del óvulo), lo cual conlleva la formación del cuerpo lúteo (folículo vacío tras la ovulación) y la secreción de progesterona por parte de éste.
TSH
es la hormona estimulante de la tiroides, la cual es liberada por la glándula pituitaria y ejerce su acción sobre la glándula tiroidea, regulando su actividad.
Prolactina
esta hormona es especialmente importante durante el embarazo, ya que estimula la producción de leche en las glándulas mamarias y la síntesis de progesterona en el cuerpo lúteo.
1.2 Hormonas ováricas
Por otra parte, las hormonas secretadas por el ovario gracias a la acción de las gonadotropinas son las hormonas sexuales propiamente dichas. Cada una de ellas se detallan a continuación:
Estradiol (E2)
es una hormona estrogénica liberada por el folículo ovárico en crecimiento que, entre otras funciones relacionadas con el desarrollo sexual, se encarga de activar la liberación de LH e inducir así la ovulación en cada ciclo menstrual. Además, junto a la progesterona, interviene en la preparación del endometrio para la implantación embrionaria.
Progesterona (P4)
es una hormona esteroidea liberada principalmente por el cuerpo lúteo y la placenta en caso de embarazo. Actúa durante la segunda fase del ciclo menstrual (fase lútea), preparando al endometrio para la implantación del embrión. También se encarga de mantener el endometrio durante el embarazo. Si éste no se produce, el nivel de progesterona desciende y causa la expulsión del endometrio en lo que conocemos como menstruación.
Hormona antimülleriana (AMH)
es una hormona secretada por las células de la granulosa de los folículos antrales y preantrales del ovario durante toda la vida reproductiva de la mujer. Tiene un papel fundamental en la formación y desarrollo de los folículos. Además, la AMH es un marcador indirecto de la reserva ovárica.
2. ¿Cuándo y cómo se hace el análisis hormonal?
El estudio hormonal de fertilidad consiste en una simple extracción de sangre que se realiza a la mujer y en la que se determinarán los valores de las hormonas reproductivas que hemos comentado en el apartado anterior.
Es muy importante señalar que esta analítica de hormonas femeninas debe realizarse entre el tercer y quinto día del ciclo menstrual, es decir, entre 3 y 5 días después de venir la menstruación. Durante estos días es cuando las hormonas se encuentran en estado basal y pueden compararse con unos valores de referencia.
El primer día del ciclo menstrual es aquel en el que la mujer tiene un sangrado intenso que coincide con la bajada de la menstruación. Los días previos en los que puede haber manchados leves no se toman como inicio del ciclo menstrual.
No obstante, el análisis de la hormona progesterona debe hacerse el día 21 del ciclo para saber si ha habido ovulación o no. Si se evalúa la progesterona en día 3, su concentración en sangre será baja.
Por último, el análisis de la hormona antimülleriana puede realizarse cualquier día del ciclo menstrual. El valor de la hormona AMH no se verá alterado por el momento del ciclo menstrual en el que se encuentre la paciente, pues esta hormona es sintetizada por los folículos antrales y preantrales que forman la reserva de óvulos del ovario.
3. ¿Cuáles son los valores hormonales normales?
Para que el ciclo menstrual de la mujer permita la ovulación y con ello la fecundación y la implantación del embrión en el útero, es fundamental que el sistema hormonal femenino esté bien regulado.
El control de la regulación se lleva a cabo mediante la medición del nivel de las hormonas sexuales en sangre y su comparación con los valores normales o de referencia, los cuales se indican en la siguiente tabla:
A continuación, vamos a comentar cuáles serían los rangos de valores normales de las hormonas femeninas y para qué sirve su medición:
FSH
ayuda a determinar la reserva ovárica. Un nivel de entre 3 a 9 mUI/ml es indicativo de buena reserva ovárica. Valores de FSH por debajo de 6 indican una reserva ovárica excelente, de 6 a 9 buena, entre 9 y 10 moderada y valores de 10 a 13 indican una reserva ovárica disminuida. Valores de FSH por encima de 13 mUI/ml manifiestan una reserva ovárica muy baja, lo cual suele coincidir con el inicio de la menopausia.
LH
sus valores deben situarse entre 2 y 10 mUI/ml. El aumento de LH por encima de las 20 mUI/ml muestra que la ovulación está a punto de producirse. Junto con la hormona progesterona, la LH ayuda a determinar si se produce la ovulación de forma normal. No obstante, una LH elevada al inicio del ciclo menstrual puede ser indicativa de algunos desórdenes como el síndrome de ovarios poliquísticos (SOP).
TSH
debe presentar valores entre 0.2 y 4.7 mUI/ml en día 3 del ciclo. Valores por encima y por debajo indican hiper- e hipotiroidismo, respectivamente. Ambas alteraciones pueden influir negativamente en la ovulación y, por tanto, afectar a la fertilidad.
Estradiol (E2)
sus valores al inicio de ciclo van desde los 27 pg/ml hasta los 161 pg/ml aproximadamente. Valores por debajo de los 50 pg/ml es lo ideal en una mujer fértil. Niveles anormalmente elevados pueden indicar presencia de quistes o baja reserva ovárica.
Progesterona (P4)
los valores normales de progesterona en día 21 de ciclo deben situarse entre los 5 y 20 ng/ml para afirmar que se ha producido la ovulación. Lo ideal es que superen las 10 ng/ml. En día 3, la progesterona debe ser menor a 1.5 ng/ml.
Prolactina
en mujeres no embarazadas los valores oscilan entre 0 y 20 ng/ml y en mujeres embarazadas van de 10 a 300 ng/ml. Valores de prolactina superiores a 30 ng/ml indican que hay un problema de hiperprolactinemia, con lo que la regulación hormonal puede estar alterada y con ello también la ovulación. Además, valores fuera del embarazo por encima de 80 ng/ml sugieren un mal funcionamiento de la hipófisis que puede ser causado por un tumor o por SOP.
AMH
valores entre 0,7-1 y 3,5 ng/ml es lo normal. Un nivel de AMH por debajo de 0,7-1 ng/ml indica baja reserva ovárica, mientras que valores por encima de 3.5 ng/ml pueden indicar un desarrollo ovárico excesivo y, por tanto, se debe tener especial cuidado con la estimulación ovárica en los tratamientos de reproducción asistida.
3.1 Otros valores hormonales
Aunque estas hormonas no se analizan de manera frecuente, en algunas situaciones pueden ser de ayuda a la hora de diagnosticar el problema de fertilidad. Por tanto, existen otras hormonas que también hay que tenerlas en cuenta.
Triodotironina libre (T3)
ayuda a evaluar la función tiroidea. Su valor en día 3 debe estar entre 1.4 y 4.4 pg/ml aproximadamente.
Tiroxina libre (T4)
debe situarse entre 0.8 y 2 ng/dl. Valores bajos pueden indicar insuficiencia de la glándula tiroidea o mal funcionamiento de la hipófisis.
Testosterona total (T)
los valores normales en la mujer se sitúan entre los 24 y 47 ng/dl. Valores muy elevados pueden indicar síndrome de ovario poliquístico.
Inhibina B
valores por debajo de 45 pg/ml muestran alteraciones de la reserva ovárica o mala respuesta a la estimulación.
4. Hormonas femeninas alteradas
Una vez se tiene el perfil hormonal de la mujer y se han analizado los resultados, el tratamiento será personalizado en base a cada situación. Si la analítica presenta irregularidades en los resultados, el especialista indicará las pautas a seguir.
Además, en caso de estar buscando una gestación sin éxito, el médico indicará si es necesario recurrir a la reproducción asistida. En ocasiones, una posible solución puede ser el coito dirigido, la inseminación artificial (IA). Otra veces se optará por la fecundación in vitro (FIV) o incluso por la ovodonación.
La reproducción asistida, como cualquier tratamiento médico, requiere que confíes en la profesionalidad de los médicos y la clínica que elijas, ya que, evidentemente, no todos son iguales.